La financiación colectiva en América Latina: un problema de confianza
Es común analizar el emprendimiento en términos de lo que el emprendedor debe realizar: un modelo de negocio sostenible, fortalecer sus capacidades directivas, entender el mercado en el que está, entre otras arduas labores. Cuando se habla de financiación, es común encontrar la posibilidad de obtener donaciones. Sobre este último punto, una de las alternativas que encuentran las causas sociales está en el crowdfunding o financiamiento colectivo. Sin embargo, en Latinoamérica comparativamente con Estados Unidos o Europa este modelo aún está en estadios iniciales. No es una práctica generalizada ¿Por qué? Veamos que nos dice el ecosistema emprendedor.
En primer lugar, la filantropía es propia de países desarrollados en los cuales tanto las personas naturales como las jurídicas tienen un importante sentido de la solidaridad y de la donación. Así mismo, existe una cultura nacional de confianza en el otro, en el marco legal y en las organizaciones gubernamentales y privadas, así como su gestión del dinero que se entrega a ellos. Este ambiente de confianza en el estado y en los demás, permite que haya un adecuado contexto para la generación de plataformas que recauden dineros para apoyar causas sociales. De hecho, en Estados Unidos es lo que hizo que, en 2007 en un ambiente de incertidumbre, contracción financiera, disminución en la confianza en los inversionistas y baja en los préstamos por parte de entidades bancarias, emergieran con fuerza plataformas como Kickstarter que permitían una tercera vía para start-ups.
Sin embargo, en Latinoamérica en contextos de alta incertidumbre marcados por la corrupción en los ámbitos públicos y privados, conflictos armados, violencias sostenidas, alta inequidad y desigualdad resulta menos común encontrar actitudes altruistas y dadas a la solidaridad espontánea y permanente. De acuerdo con (Mendenhall, 2011), en estas sociedades no existe confianza “delgada” (Thin Trust) conocida como la capacidad que tienen los individuos para confiar en gente fuera de su círculo cercano de familiares, amigos y conocidos. Este tipo de confianza está altamente relacionada con la capacidad confiar en el otro y en la reciprocidad de las relaciones sociales. Por el contrario, la sociedad está volcada a la construcción de confianza “gruesa” que está relacionada con la consolidación de relaciones sociales fuertes y duraderas, como las que se establecen con amigos, familiares o colegas de larga data.
En general, se establece que la existencia de confianza “delgada” es necesaria para la supervivencia de fenómenos asociados a la caridad, solidaridad o filantropía pues es la confianza la que, en últimas, refuerza la cooperación espontánea sin la necesidad de mediación de normas y reglas fuertemente establecidas. Por tanto, en sociedades en las que prevalece la confianza “gruesa” hay una alta desconfianza e incapacidad de cerrar brechas entre extraños, generar relaciones sociales con facilidad y, por tanto, el éxito de las causas sociales depende, en gran medida, del orden y estructura proveído por el gobierno, la burocracia y la cooperación internacional.
Esta situación entre otras explica que el financiamiento de emprendimiento es esté focalizado en recursos propios, o de familiares y amigos, es decir de aquellos que hacen parte de esa confianza gruesa, lo cual puede resultar en la saturación del circulo cercano, y la imposibilidad de escalar el potencial negocio, en la consecución de recursos en otros grupos.
En cierta medida, De acuerdo con (Mendenhall, 2011) la dificultad de encontrar proclividad hacia la filantropía en sociedades como las latinoamericanas está relacionada con la falta de fe o confianza que tiene un extraño de donar o invertir en un propósito que no es propio, no está altamente vigilado o sobre el que no existen claras garantías. Es decir, se requiere trabajar en mecanismos que hagan emerger la confianza entre quienes promueven una causa social, un nuevo producto o un emprendimiento en general, para fortalecer un sistema emprendedor que alimente la oferta y la demanda local.
Así las cosas, es indispensable el generar garantías y toda clase de medidas de transparencia para promover la activa participación de la comunidad en actividades y prácticas relacionadas con la filantropía, las donaciones y el apoyo al otro. En primer lugar, para responder a la ausencia de confianza que permita una fácil generación de prácticas transaccionales con extraños. En segundo lugar, forjando estrategias para incrementar la solidaridad, el consumo local y el apoyo al emprendimiento y en especial al emprendimiento social. Finalmente, hay que explorar cómo garantizar a quienes participen de las campañas que sus recursos realmente son invertidos en lo que se muestra, en lo que se espera, para que esto forje un ecosistema orientado a la confianza, específicamente transaccional, que redunde en un tejido social fortalecido.
Referencias:
Mendenhall, S. E. (2011). Dimensions of Colombian Philanthropy: How giving is linked to social capital. Faculty of the University of Graduate School .